Hoy, al conmemorar 51 años del Golpe de Estado en Chile, es fundamental recordar y reflexionar sobre las lecciones aprendidas para avanzar hacia un país más justo, inclusivo y democrático. Como presidenta del Colegio de Enfermeras de Chile, quisiera expresar nuestro compromiso con los valores de la verdad, la justicia y la memoria, pilares esenciales para la construcción de una sociedad más humana y solidaria.
El golpe de Estado marcó un antes y un después en la historia de nuestro país, dejando una profunda huella en miles de familias que vivieron la violencia, la represión y la pérdida de seres queridos. Como enfermeras, somos testigos del impacto que estos hechos tienen en la salud física y mental de las personas, y es por ello que nos comprometemos a ser agentes activos en la promoción de la paz y el bienestar social.
Nuestro rol no se limita al cuidado de la salud física; también estamos comprometidas con la defensa de los derechos humanos y la dignidad de todas las personas. Este compromiso nos lleva a ser guardianas de la memoria histórica, para que los horrores del pasado no se repitan. Sabemos que solo desde el reconocimiento de la verdad y la justicia es posible sanar las heridas y avanzar como nación.
En este aniversario, renovamos nuestro llamado a la unidad y al respeto por la diversidad de pensamientos y creencias. La enfermería, en su esencia, representa la empatía, el cuidado y el apoyo a quienes más lo necesitan, sin distinción alguna. Es momento de que estos valores sean también los que guíen a nuestra sociedad.
Desde el Colegio de Enfermeras de Chile, reafirmamos nuestro compromiso con la construcción de un país más equitativo y con el bienestar integral de todos sus habitantes. Sigamos trabajando juntas y juntos, desde nuestras diversas trincheras, para construir un Chile donde la memoria y el respeto sean los cimientos de nuestro futuro común.