«creemos que urge avanzar en políticas públicas que aseguren que, en la práctica, existan estos protocolos de manejo de emergencias frente a las distintas situaciones a las cuales están expuestas las comunidades educativaS»
El Superintendente de Educación (s) Cristián O’Ryan señaló, en un comunicado, respecto de la situación ocurrida en un colegio de Concepción tras la muerte de una niña de 10 años que «los establecimientos educacionales deben contar en su reglamento interno con protocolos de actuación frente a accidentes escolares», junto con «…un Plan Integral de Seguridad Escolar (PISE), el cual señale, de forma clara y organizada, las acciones que se adoptarán frente a una emergencia».
Dichos protocolos, según indica la autoridad, tienen como objetivo aclarar los pasos a seguir en caso de cualquier emergencia. Entre esos pasos, se debe incluir el «…comunicar a los padres o apoderados la ocurrencia del accidente; identificación del centro asistencial de salud más cercano y redes de atención especializados para casos de mayor gravedad, y cualquier otra iniciativa que permita atender de mejor manera a un estudiante víctima de un accidente de este tipo». Asimismo, O’Ryan destacó que «…todo establecimiento educacional debe contar con una sala de primeros auxilios y personal capacitado en esta materia”.
En este sentido, como Colegio de Enfermeras de Chile y Sociedad Chilena de Enfermería en Salud Escolar -SOCHIESE-, creemos que urge avanzar en políticas públicas que aseguren que, en la práctica, existan estos protocolos de manejo de emergencias frente a las distintas situaciones a las cuales están expuestas las comunidades educativas y por sobre todo, protocolos en el manejo de niños y niñas con necesidades especiales de salud (en este caso la niña contaba con antecedentes de epilepsia), acciones que deben ser lideradas por un enfermero o enfermera escolar, profesional que se encuentra capacitado en el tema.
En la actualidad, se desarrolla esta área en colegios de Chile, y por sobre todo, cuenta con evidencia científica que respalda su rol en las comunidades educativas. No solo desde la práctica de atención de salud, sino que también desde la educación y continuidad de los cuidados de salud a lo largo del curso de vida.
EDITOR/EGM