Ema Ibarra Flores, enfermera de la UPC Hospital Regional de Rancagua por más de 30 años de servicio, recibió un significativo reconocimiento a su labor, ya que una de las salas de reuniones del centro asistencial lleva su nombre.
«Siento emociones diversas y encontradas. Trabajé más de 30 años en la UPC, generé grandes amistades, conocí transversalmente a muchas personas que se han ido y las nuevas personas que llegan al equipo. Me tocó desempeñarme en la UCI del hospital antiguo y en el nuevo. Trabajé con esfuerzo y dedicación, me sobrecogió todo lo que significa que hayan puesto mi nombre a esta sala. Estoy muy agradecida de este reconocimiento inesperado, sobre todo porque se realizó en vida y lo ha podido ver mi familia».